Bélgica 2 - 1 Argelia

17.06.2014 11:00

Había grandes expectativas alrededor del debut de Bélgica en el Mundial. El equipo europeo llegaba rodeado de elogios y de una muy buena preparación previa. El rival, el poco conocido Argelia, hacía pensar en un arranque tranquilo, que permitiera confirmar que los de Marc Wilmots están para grandes actuaciones en Brasil. Sin embargo, los Diablos Rojos sufrieron más de la cuenta para superar 2-1 a un rival que, por momentos, le complicó demasiado la vida.

De movida, no se lo notó cómodo al equipo de Marc Wilmots. Porque Argelia, lejos de conformarse con el papel de partenaire, salió a jugarle de igual a igual. Y el conjunto europeo no supo cómo adaptarse a un plan de partido que no tenía previsto. Siempre ordenado, con prestancia para salir de contragolpe y buen trato de la pelota de parte de sus mediocampistas, el seleccionado africano le cerró los caminos a su rival y lo hizo frustrarse muy pronto.

Sin Marouane Fellaini de entrada por decisión del entrenador y con un Eden Hazard llamativamente poco participativo, Bélgica transitó el primer tiempo entre un toqueteo intrascendente que exasperó al público presente en Belo Horizonte hasta los silbidos. Apenas un par de remates desde afuera de Witsel que contuvo bien el arquero Mbouli y una ocasión desperdiciada por Chadli sobre el filo del entretiempo fueron las únicas situaciones generadas por el conjunto rojo en la primera parte.

Mientras tanto, con su libreto de prolijidad y orden, los Zorros del Desierto hicieron su negocio. En medio de la intrascendencia generada por las pocas ideas belgas, una jugada rápida por la izquierda terminó con un innecesario penal de Vertonghen sobre Mahrez, que Sofiane Feghouli transformó en la sorpresiva ventaja. Sin embargo, Argelia no lo supo aguantar.

Porque, en el complemento, ese orden de la etapa inicial mutó en un retraso en el campo demasiado marcado. Y Bélgica, que a partir del ingreso de Fellaini a los 20 minutos ganó en ideas y en profundidad, empezó a encontrar los resquicios que no había tenido en el primer tiempo. La pelota empezó a circular con más criterio, los centros estaban dirigidos a un destinatario en lugar de ser recursos desesperados y la igualdad empezó a ser una cuestión de tiempo.

Y fue justamente Fellaini el que, con apenas cinco minutos en la cancha, la consiguió: a los 25, el mediocampista del afro ganó de cabeza en el área y marcó el 1-1. Con el empate, el partido terminó de romperse. Todo, a partir de ese momento, fue de los Diablos Rojos. Con un Hazard que se encendió a partir del ingreso del jugador de Manchester United, las ocasiones en el área de Mbouli comenzaron a sucederse.

Hasta que, a los 40, otro que había ingresado desde el banco, Dries Mertens, liquidó una contra encabezada por el 10 y le permitió al conjunto europeo sacarse de encima un debut que se complicó mucho más de la cuenta. Fueron tres puntos y nada más para los de Wilmots, que deberán mejorar mucho si quieren estar a la altura de la expectativa generada. Con la victoria, será más fácil conseguirlo.

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